TROITIÑO | ||
Haga click aquí para obtener una visión global de la Fauna de Gredos |
||
![]() Vista general de El Arenal (12 KB) |
![]() |
![]() |
![]() Águila Real |
![]() |
![]() |
El
invierno llega con paso firme el 21 de diciembre presentando su tarjeta de visita:
agua, frío y nieve. Entre las masas discontinuas de pinos, aparecen árboles pelados, sin
hojas, como esqueletos intentando ser observados entre la masa viva de las coníferas.
Divisamos también manchas de árboles con hojas secas, son los robles melojos que
mantienen sus hojas mustias y marrones, antaño verdes y aterciopeladas, las cuáles no se
deciden a caer, como si en ello les fuera la poca vida que aún mantienen. Aunque se
resistan llegará la primavera y con ella los brotes del melojo, los cuáles sin tener
compasión de sus antecesoras, empujarán a esas melancólicas hojas secas al suelo.
Si
elevamos más la vista divisamos la sierra recubierta de nieve, sobre la cuál ya
sobrevuelan los buitres leonados en formación, en pareja. Han empezado sus vuelos
nupciales y ambos consortes vuelan sincronizados, uno encima de otro, paralelos, sin
tocarse lo más mínimo. Cerca de los buitres leonados está el macho de la pareja de
águilas reales marcando su territorio, no quiere jóvenes descarados que le intenten
arrebatar su territorio, ni mucho menos a su hembra. Ella, más grande que el macho, con
su cabeza dorada y su mirada dulce y a la vez desafiante, está revisando los nidos
presentes en su territorio para elegir el más apto para este año. Si es un buen año
colocará dos huevos blancos sucios manchados de marrón, castaño o gris.
![]() ![]() Tiene una coloración canela en el plumaje del dorso, el vientre y la franja anterior de las alas, mientras que el resto de las plumas alares y de la cola son pardas oscuras. La cabeza y el largo cuello están cubiertos de un plumón blanco. Posee un característico collar de largas plumas leonadas. El pico es pardo en el centro; su base y su punta son amarillas. Los pies son de color gris plomo. El buitre es un planeador nato, que apenas bate sus alas, ganando altura rápidamente con sólo imperceptibles movimientos de la cola. Desde el suelo arranca dándose un impulso.
|
Mientras
en el pueblo de El Arenal, después de mucho tiempo, se vuelve a oír el crotoreo de las
cigüeñas blancas que este año van a tener su nido artificial en la torre de la iglesia.
Esperamos ver pronto a sus dos o tres pollos espigados y curiosos volar sobre nuestras
cabezas y, posiblemente, no solo anide en este nido la cigüeña sino también lo
aprovecharan los graciosos gorriones comunes. Ya les ha llegado el celo a estos descarados
passeriformes y vemos los grupos de machos con las alas abiertas y caídas, la cabeza y la
cola dirigidas hacia el cielo, dando saltitos alrededor de las hembras. Cuando las hembras
levantan el vuelo todos los machos las persiguen para proseguir con el cortejo en otro
lugar. Si seguimos dentro del pueblo, a finales de febrero, ya podemos gozar de los vuelos
y cantos de golondrinas comunes, aviones roqueros, aviones comunes ... todos ellos
intentarán sacar dos o tres polladas desde ahora hasta septiembre.
|
En
lo alto del cielo ya vemos a la culebrera europea con el fruto de su caza, una culebrilla
en las garras también la han visto los milanos negros, los cuáles empiezan a acosarla
una y otra vez por la espalda. La pobre culebrera, más torpe que los ladrones del aire,
no puede aguantar más y termina por soltar a su presa, una vez más, los milanos negros
recurren al cleptoparasitismo para llevarse algo al pico. También vemos a la única
pareja de milanos reales que visitan el pueblo, parecen recordar lo numerosos que eran
antes de que los venenos invadieran nuestros campos. Por el contrario, el busardo ratonero
ha preferido quedarse con nosotros todo el año, él ya está con los vuelos nupciales y
dentro de poco ya pondrá dos o tres huevos en su nido.
|
Si
salimos del pinar y nos movemos a zonas más despejadas, podemos admirar al gato montés
tumbado en la horquilla de algún árbol corpulento tomando el sol. De repente, levanta la
cabeza, mira, olfatea, levanta las orejas, algo ha sentido. Primero observa a una pareja
de conejos los cuáles ya han empezado a criar, parece que no son ellos el motivo de su
distracción, no, no son ellos. Después de un instante salta y sale corriendo.
Seguramente ya ha olido la presencia de una hembra receptiva y él sabe muy bien que debe
aprovechar este momento ya que ella es la que manda a la hora de elegir pareja. Y mientras
esto sucede, tenemos que despedirnos de algunas especies emblemáticas como las grullas,
que formando una gran uve compuesta por bandos de hasta 300 ejemplares, se alejan hacia el
norte de Europa para criar. Las garzas reales que han pasado estos meses con nosotros,
visitando la piscifactoría de El Arenal, se dirigen hacia el pantano del
Rosarito, allí
criarán en colonias mixtas con las cigüeñas blancas y serán acosadas por los ubicuos
milanos negros.
|
En
el mes de marzo florece el tejo árbol sagrado de los celtas, las mimosas, los cerezos,
etc. Las procesionarias del pino empiezan a salir de sus nidos para enterrarse y
transformarse en mariposas, si el cuco llega este año en marzo podrá dar buena cuenta de
muchas de estas orugas. Ya corretean las madres jabalíes con sus rayones por los pinares
en busca de esas exquisitas setas hipogeas: las trufas. Mientras los arrendajos machos
están buscando pareja, abren y cierran la cola a modo de abanico. Los meses invernales se
podrían caracterizar por la época de celo de la mayoría de los mamíferos carnívoros:
gineta, comadreja, visón americano, etc.
|
Después
de este medio año con una climatología adversa, empiezan a llegar los meses más
benignos del año. La primavera hace su entrada el 20 de marzo. Ya están los
aviones comunes reconstruyendo sus nidos con saliva y barro en los aleros de las casas,
para disgusto de sus ocupantes. Los abejarucos están cruzando el Estrecho de Gibraltar y
pronto estarán revoloteando nuestros campos emitiendo un "schrrú"
característico. Es época de salir al campo en busca de los efímeros espárragos
trigueros, hay que buscarlos en zonas húmedas cercanas a cursos de agua. Estarán a punto
de nacer las primeras camadas de la rata de agua. La hembra, con orejas pequeñas y
redondeadas, hocico corto y ojos diminutos, se entretiene arrancando la corteza de los
alisos, chopos ... Ella sabe muy bien que en esta época del año los nutrientes de estos
árboles están ascendiendo hacia las ramas y ¿qué mejor para producir leche que esta
savia bruta?. De repente se posa con sigilo un posible depredador alado, es rechoncho,
compacto, rojizo, ojos oscuros casi negros. Nos estamos refiriendo al cárabo. Ha llegado
el macho, observa, mueve la cabeza de izquierda a derecha, de arriba a abajo, de repente
se queda quieto, atento, se balancea hacia adelante y sin hacer ruido cae sobre su presa,
esta futura madre servirá de aperitivo a uno de los pollos del cárabo.
Un
poco más retrasada va la pareja de lechuza común presente en la torre de la iglesia. Ha
empezado el cortejo nupcial de la lechuza, a partir de ahora los chasquidos de picos, los
aleteos, los giros de cabeza ... se harán comunes entre los habitantes del pueblo. Vamos
a detenernos un poco más en la noche para observar otra ave que nos visita en primavera.
Es el chotacabras gris, incansable depredador de insectos cada año muere algún ejemplar
atropellado por empeñarse en cazar de noche sobre el asfalto.
De
buena mañana podemos observar como las especies vegetales empiezan a florecer. Los
escobones negros, el cantueso, la peonía, etc. Cruzando entre los matorrales aparece el
lagarto verde. Los machos de esta especie están muy activos y territoriales, se
encuentran en celo y compiten con los otros machos para poder acceder a las hembras. Éste
va buscando algún contrincante para demostrar su dominio pero esta vez el cazador va ser
cazado. Una aguililla calzada está sobrevolando al lagarto, busca el momento preciso en
que el incauto reptil salga del matorral, ya está, se ha colocado en un claro, encima de
una piedra, este es el momento. Sin pensárselo dos veces encoge las alas, se lanza en
picado y, justo cuando faltan escasos metros, abre la cola, las alas, proyecta las garras
hacia delante y clava las afiladas uñas sobre la víctima, para evitar contratiempos le
arranca la cabeza de un picotazo.
Los
pollos del ratonero, generalmente dos, nacen durante la primera semana de mayo con plumón
grisáceo. El milano negro es el más tempranero, cuando nace el primer pollo de ratonero
él ya tiene hasta tres. A mediados del mes de mayo nace el único pollo de culebrera, en
el momento de la eclosión, la madre deja que los rayos del sol le calienten, ella está
cerca para ayudar a su blanco pollo. Los de calzada nacerán a finales de mayo. En cuanto
a los más rezagados está el impresionante azor, el señor del bosque. Es en mayo cuando
él empieza su puesta. También el abejero europeo es tardío, empieza la incubación a
principios de junio. El último en poner es el alcotán que hasta mediados de julio no se
decide.
A
la gineta con su cuerpo esbelto, estilizado, flexible, le gusta en primavera buscar por
las oquedades huevos o pollos de aves. A principios de junio han nacido los cachorros de
la gineta, eligió una oquedad de un viejo árbol como cobijo. Este es el mes de los
nacimientos. Los turones eligen los meses de abril y mayo para traer al mundo a su prole,
habitualmente 4 ó 5, también ciegos. También eligen esta época la nerviosa y graciosa
comadreja, el todoterreno visón americano, los gatos monteses, etc.
El
21 de junio recibimos al verano, son meses de alegrías y penas, de miedos y
expectaciones. Es época de alegrías ya que vemos a la prole de cada especie completar su
desarrollo pero, a su vez, nos invade la tristeza cuando pensamos en todos aquellos pollos
o crías que no alcanzaron este estado o si pensamos que con el mes de septiembre nos
abandonarán muchas especies que decidieron ofrecernos el fruto de sus nupcias. Los meses
de verano son los más temidos en cuanto a incendios, estamos expectantes, a ver que
pasará este año. El fuego acaba con todo signo de vida en poco tiempo, parece como si
quisiera despojarnos de todo ser vivo del cuál no disfrutamos.
Las
golondrinas comunes, los aviones comunes, los abejarucos, las oropéndolas, etc., van y
vienen en busca de insectos para llevárselos a sus pollos. Las musarañas comunes, en su
primer paseo con su madre, van todas unidas por la cola como una caravana. Los zorros,
arrendajos, cuervos, los estorninos negros, las garduñas y un largo etcétera, frecuentan
los huertos en busca de frutos como las cerezas y los higos ... y de esta forma
dispersarán, mediante sus excrementos, las semillas de estos frutos a lo largo del
bosque. Es época de recoger el trabajo de todo el año, ya están las gentes del pueblo
recolectando los tomates, las cebollas rojas, los melocotones, las ciruelas, las cerezas,
las manzanas, las peras ...
Es
estación de calor; ese calor que hará llorar a los pinos resineros, ese calor que
machacará a los conejos con mixomatosis, ese calor que resucitá a los reptiles, ese
calor que despierta el celo de los grillos. Los reptiles están de enhorabuena: eclosionan
los huevos de la culebra bastarda, nacen las víboras hocicudas, toman el sol las
lagartijas colilargas, los lagartos ocelados, etc.
En
el verano vuelan los pollos de la calzada, si es un año bueno serán dos. También vuelan
los ratoneros, milanos negros y reales, la culebrera, los azores, por el contrario, los
dos pollos de alcotán se retrasan hasta finales de agosto o principios de septiembre para
decidirse a volar. De todos ellos, solo permanecerán con nosotros los ratoneros y los
azores además de la real y de los buitres leonados. Llegará septiembre y con él la
partida de estas fascinantes aves.
El
verano es época de juegos, de aprendizajes, de muerte. Las jóvenes ginetas se entregan a
sus juegos, se persiguen, saltan, se muerden la cola, juegan a cazar. Alejarse de su madre
puede ser mortal ya que su más temible depredador, el búho real, está cerca, posado,
esperando la oportunidad para poner fin a la corta vida de uno de estos jóvenes. Hoy ha
sacado la turona a sus vástagos para enseñarles a cazar, a capturar peces, hoy
visitarán la piscifactoría. Mientras los cachorros la observan, ella se arrima a los
depósitos con truchas, hay tantas que con meter rápidamente las garras alcanza una.
Prontamente, muerde la cabeza de la víctima y se la secciona, la cuál se llevará
abandonando el resto. Las comadrejas realizan el primer viaje con su madre por los
senderos que ésta frecuenta todas las noches. Les enseñará a matar con presas aún
vivas, les aleccionará en la táctica de la caza, les alejará de los gallineros, pero
aún así, cuando estos jóvenes se independicen y les apriete el hambre en invierno
recurrirán a ellos para saciar su deseo de matar, de sorber sangre y allí, encontraron
muchos la muerte.
El
22 de septiembre volveremos al otoño y ya habremos despedido a los jóvenes volanderos de
las rapaces que ahora tendrán que cruzar el estrecho por primera vez, a los abejarucos, a
las golondrinas, a las cigüeñas, a los chotacabras, a los tardíos aviones comunes, a la
vida alada. El celo de los jabalíes nos indica que el otoño está llegando, los anfibios
empiezan a mostrarse más activos, los árboles caducos entristecen. Pero pronto estarán
aquí las grullas, cada pareja nos mostrará a su vástago nacido en los países del
norte. Recorreremos los campos observando la cantidad de frutos que la tierra ofrece a sus
protegidos, ahí estará el majuelo al borde del río mostrándonos sus frutos rojizos,
los rosales, las higueras, los cardos borriqueros ... Aparecerá la quitameriendas
después de un año enterrada bajo la tierra indicándonos que ya se acabó el verano, y
con él la meriendas en el campo. Y poco a poco todo se irá ralentizando, tranquilizando,
la vida se tomará un descanso. Pero antes de entregarnos al otoño vamos a visitar ese
bosque caducifolio cercano al río Arenal. Allí, aparece nuestro amigo el lirón careto
que debido a su tranquilidad a cogido unos gramos de mas durante el verano. Durante estos
meses se ha alimentado para que su cuerpo adquiriera reservas suficientes y así poder
pasar este otoño sin problemas. Busca su árbol preferido, su castaño. Se apretuja y
poco a poco va aletargándose, se va durmiendo. Si nos pegamos al tronco de este castaño
podemos oír al árbol, como si le contara un cuento al lirón, todo lo que ha visto y
sentido en estos meses, y así el lirón se va tranquilizando y adormeciendo. Antes de
separarnos del tronco oímos al castaño que nos dice: aprovecha el momento, aprovecha
cada estación.
Para mas informacionde la fauna Iberica
![]() |
Historia | Naturaleza | | Fiestas Populares | Datos Geográficos |Plano de Situación IEl Arenal y Sabres I GALERIA DE FOTOS I Alojamiento
©J.L.T.V 1.997. Todos los Derechos Reservados. Este sitio es Propiedad de [email protected] |